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LOS REYES DE FRAN

LOS REYES DE FRAN

En su rostro Fran refleja toda la ilusión que la visión de los Magos de Oriente trae año tras año a cada niño que, como este pequeño que por pura casualidad está a mi lado mirando la Cabalgata de Reyes, tienen la suerte de mirar con los ojos más inocentes del mundo la caracterización de los legendarios personajes. 
 
Fran, o Nico, o Sergio, o Marce o Fede o Antoñito o Martita o Silvita… no importa el nombre… los niños se unifican en un solo elemento, etéreo pero real y necesario: ilusión.

La ilusión que no será extirpada por los grandes, los que ya dejamos de creer pero nos empeñamos en seguirlo haciendo porque la Cabalgata nos retrae a otros tiempos y a otros sueños. 

Personalmente yo recuerdo un 5 de enero uruguayo de hace tantos años que los detalles casi se han perdido. Un viaje con mis padres desde Carmelo a Montevideo  para ver el ‘Desfile de los Reyes’, un desfile que lamentablemente pocos años después ya no se realizaba y recuerdo otra noche de 5 de enero, años más tarde cuando mis dos hijos mayores reflejaron en sus rostros la misma emoción que hoy vi en el de Fran.
 
Hacía pocas semanas un grupo de aficionados al teatro había representado ‘Otelo’ y los mismos actores trasladaron parte de la escenografía y del vestuario a aquella Noche de Reyes haciendo el deleite de chicos y grandes.

Los pajes cruzaron el Puente sobre el Vacas alumbrando la noche con antorchas encendidas y los Tres Soberanos montados en caballos blancos representaban la confianza de todos en un mundo mejor.

Pero eso quedó en el recuerdo de un Uruguay que está lejos en distancia y en tiempo pero que espero que mis nietos puedan disfrutar.

Disfrutar tanto como Fran cuando vio llegar a los Reyes precedidos por pajes y pastores, entre malabaristas y lanzallamas, rodeados de pitufos y picapiedras; de dragones y de ángeles, al ritmo de bandas musicales, entre risas y aplausos.
 
 
De Reyes y cabalgatas
 
 
En España la víspera del Día de Reyes las horas parecen detenerse para los pequeños, ya no porque deban aguardar a la noche, que a su vez se hace la más larga del año, para recibir los regalos sino porque la hora de inicio de La Cabalgata parece no llegar nunca. 
 
La Cabalgata de Reyes es un desfile en el que son protagonistas los tres magos. Desde Madrid al más perdido pueblo español, el 5 de enero los distintos municipios compiten sanamente por brindar el espectáculo más majestuoso dentro de sus posibilidades; la cabalgata más extensa en duración, más colorida, más alegre, la que reparte más caramelos, la que crea más expectación.  
 
Miles de kilos de golosinas caen en cada ciudad, como lluvia sobre los espectadores y si los niños tratan de coger la mayor cantidad los mayores, padres, abuelos, tíos, hermanos o simplemente ‘ellos’, no se quedan a la zaga.

Para que podamos hacernos una idea digamos que tan sólo en la ciudad de Córdoba se repartieron este año diez mil kilos de caramelos y no fue de las ciudades dónde más golosinas cargaron en alforjas y cajas para arrojar sobre el público. 

En Madrid soldaditos de plomo tocando el tambor descendieron desde 40 metros de altura para anunciar el inicio de la Cabalgata y aquí, en Almería los Magos llegaron acompañados por sus pajes que representaban todas las nacionalidades que conviven en la provincia.

Melchor montando un gigantesco elefante, Gaspar a lomo de camello y, con las alforjas repletas de caramelos el negro Baltasar en su esbelta cabalgadura, llenaron de ilusión las miradas de chicos y grandes porque ¿quién no es un poco niño el 5 de enero cuando los Reyes anuncian su llegada?

Ya resulta innecesario explicar que es una Cabalgata de Reyes, simplemente faltaría aclarar que estos personajes son tan importantes este día que el mismísimo Alcalde da la bienvenida en cada sitio y hasta las Autoridades Eclesiásticas les recibieron en el balcón del Palacio Episcopal almeriense porque los Reyes Magos aúnan un festejo casi pagano de regalos y diversión con la tradición cristiana.

No conozco a Fran. Por casualidad compartimos la alegría de esta Cabalgata. Él con su inocencia de pocos años; yo con los recuerdos de caras ilusionadas dejando un poquito de pasto y agua junto a los zapatitos para que los camellos repongan fuerzas.

Seguro que esta noche soñará con elefantes y pastores, con jinetes y carrozas, con duendes y malabaristas y quizás… quizás yo también lo haga, después de todo Noche de Reyes es noche de ilusiones.
 
 
Regalos y roscones
 
 
La tradición dice que el día de Reyes se desayune el Roscón que obligará a quién encuentre el haba a pagarlo y hará acreedor de la corona de rey a quién le corresponda la otra figura.

Casi tan tradicional como el roscón para desayunar se ha hecho en Almería el chocolate con churros después de la Cabalgata y como el clima ayuda a pesar del invierno, si en el interior de las cafeterías ya no quedan mesas libres ni espacio junto al mostrador, pues las de las aceras se colman de aspirantes a saborear el espeso manjar. 
  
Algunos de los tertulianos cargan bolsas y cajas… son los que han realizado las compras de último momento y que en muchos casos debieron hacer prodigios para conseguir el regalo que faltaba en la lista.

Asombrados presenciamos el insólito espectáculo de estanterías vacías en comercios días antes repletos de juguetes y regalos y dependientes que en la misma puerta despedían a los clientes con un explicativo: ‘No se moleste, no queda nada’.

‘Ya no hay nada’ se podía leer en un escaparate, un cartel que nos hizo sonreír. ¿Fiebre compradora? Como pocos años la gente decidió regalar y por lo visto aquí, en este ‘sur del norte’ ningún niño debe haberse encontrado con los zapatitos vacíos. 

Yo diría que los catastróficos sucesos de los últimos días han hecho sentir a quienes están en esta otra parte del mundo que la vida como tal debe saborearse en el momento actual. Es como si los padres quisieran dar a los hijos más de lo que habían pensado regalarles simplemente porque esta Noche de Reyes están durmiendo junto a ellos. 

No voy a iniciar un debate sobre motivaciones, solamente quise dejar plasmada la realidad de este año en forma de anécdotas. ¡Si hasta los roscones de reyes se agotaron!
 
 
La historia y la leyenda
 
 
Festejar el Día de Reyes sin conocer al menos la historia en la que podemos, o no creer, y sin adentrarnos en la leyenda que podemos, o no disfrutar, resulta casi imposible.

¿Quiénes eran?

¿Existieron realmente?

¿Eran Magos?

¿Pueden llegar, dos mil años después, cada noche entre el 5 y el 6 de enero a millones de hogares?

Algún lector podrá sonreír y yo le pregunto ¿porqué?. No importa quién sea el portador del regalo, ni siquiera si lo deja silenciosamente en la noche sobre un par de zapatitos o si, horas antes lo entregó en mano como contribución de un organismo de caridad, para el que lo recibe es el ‘Regalo de los Reyes’, aunque la razón le diga lo contrario: es el Milagro de Reyes que se repite año tras año.

¿Qué otra cosa que un milagro puede unir en las calles a millones de personas esperando el paso de tres personajes caracterizando a tres seres que nadie puede decir como fueron salvo que la leyenda les ha hecho a uno viejo, al otro joven y al tercero negro, y a todos nosotros nos da la seguridad de que estamos  aguardando el paso de Los Reyes Magos?

La mente puede reclamar sin éxito el equilibrio de la razón. Los niños no se equivocan, y los niños creen y sólo eso basta para que también nosotros lo hagamos.

Según el evangelio de San Mateo los tres Magos de Oriente eran nobles peregrinos que poseían conocimientos astronómicos y astrológicos y que, cada uno desde su tierra, siguieron una estrella que los condujo a Belén, al sitio donde había nacido Jesús. 

En su sabiduría reconocieron a aquel niño como el Rey de todos los hombres y le ofrecieron oro, presente conferido a los reyes; incienso, empleado en el culto de los altares de Dios y mirra, un compuesto embalsamador para los muertos. 

En el siglo VI San Cesáreo de Arlés les confirió la condición de Reyes y desde entonces así se popularizaron entre los cristianos. 

Se sabe que procedían de Oriente y algunos antiguos testimonios de la Iglesia de Siria afirman que procedían de Persia donde existía una casta de magos y astrólogos pero como toda leyenda con raíces de historia se disgrega en supuestos y entonces se les dan otras procedencias como Caldea, donde surgió la astrología e incluso se juega con su número, ¿tres, cuatro, siete, acaso tan sólo dos?; hasta doce Magos se han llegado a nombrar. 

Pero fueron los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar los que desde el siglo IX se popularizaron en la Iglesia. 

Los mismos tres nombres que esta noche serán responsables de la alegría de miles de niños.

Graciela Vera

Almería, en el sur del norte, 05 01 05

Fran es un pequeñín almeriense que en la Noche de Reyes del 2005 tenía los ojos tan enormes de asombro e ilusión que no pude menos que tomarlo como representante universal de la esperanza de los niños, que es la de la humanidad toda. G.V.

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