Blogia
ALMERIA-diarioblog

PLAZA BENDICHO

PLAZA BENDICHO

Muy a pesar de su enclave y su historia y de ser una de las más visitadas por los turistas que recorren Almería, la Plaza Bendicho –dejada de la mano de los hombres -, parece destinada a un sórdido destino de basurero y ‘dormitorio’ de indigentes.

Aglutina en su entorno edificios históricos y públicos que la convierten en un punto de concentración: la casa de los Puche; nada menos que la cara este de la Catedral y su Sol de Portocarrero; el Patronato de Turismo y  las Consejalías de las áreas de Obras Públicas y Asuntos Sociales del Ayuntamiento.

No existen dudas de que la Plaza Bendicho debería ser un orgullo para Almería y enmarcar en un entorno digno a la insigne Celia Viñas, cuyo busto la preside desde un pedestal permanentemente pintarrajeado.

Debería serlo pero la realidad es muy distinta. Cualquier tarde, noche o mañana podemos encontrar indigentes durmiendo en ocasionales dormitorios de cartón o, llegando incluso en el pasado mes y por más de una semana, a instalar un colchón que durante el día ‘recogían’ recostándolo contra los troncos de los árboles.

La plaza quiere ser bella, pero no la dejan porque le han dado un cometido pero carece de elementos para cumplirlo.

No tiene bancos, y una plaza sin bancos es una plaza sin abuelos tomando sol; tampoco tiene un rincón de juegos para los pequeños pero tampoco tiene flores ni césped adecuado y por enumerar, tampoco encontramos un teléfono público y mucho menos, vigilancia para evitar los demanes de los grafiteros o, que por la noche se convierta en meódromo y en sitio de consumisión de drogas,  de los concurrentes a los pubs cercanos.

Como vemos mucho falta para que sus jacarandáes y sus palmeras formen parte de un entorno de agradable recreo para propios y visitantes.

La Plaza Bendicho tiene una historia de abandono y desidias que no podemos permitir vuelva a repetirse; pero los antigüos vecinos también nos cuentan otras historias: las cotidianas, las que incluyen sus derechos y comodidades.

Dicen que por donde comienza Plaza Mauá había sobre la Bendicho un contenedor para residuos. Y cuentan que éste fue retirado para ‘transormar’ –por obra de Su Majestad el Decretazo- el sitio del contenedor en estacionamiento reservado –grúa mediante- para los automóviles del Concejal y la Concejala y colorín colorado, ahora hay dos Concejalías cuyos titulares, sin tener el más mínimo respeto por los vecinos: sus patrones; quieren estacionar sus autos en las narices de sus oficinas ¡y que cerca está el Ayuntamiento!, allí sí hay estacionamiento de sobra.... y los vecinos… muchas personas de edad, deben caminar más de cien metros extras para llegar a los contenedores. ¿Y aún se contrata consultoras para que investiguen porqué hay tanto descreimiento en la clase política cuando estos ejemplos sobran como respuesta?

Pero el tema es Plaza Bendicho y lo receptiva que resulta a la ira de los ciudadanos que en varias ocasiones han demostrado su  descontento por el tema contenedor, amontonando las bolsas de basura en la plaza.

Como ilustraciones de un mal periódico vemos surgir basurales… primero es un bolsa solitaria y tímida… llega la segunda y en dos días ya se ha formado un basural, en tres comenzamos a sentir vergüenza, en cuatro ya nos tapamos los ojos para no ver lo que están viendo los turistas.

Bendicho necesita soluciones de toda índole: para embellecer su entorno, para brindar comodidad a los vecinos y para dar respuesta al otro grave problema: el estacionamiento.


Quienes viven en el entorno se encuentran con que cada vez hay menos sitios donde aparcar y que la grúa aparece cada vez con más frecuencia ¡insólita frecuencia que no muestra ni por pasos peatonales ni por estrechas calles donde se estaciona en doble fila obstruyendo la circulación y que sí descargan en los alrededores de la plaza.


Graciela Vera
Almería, en el sur del norte, marzo 2004

0 comentarios