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GENTE almeriense

PEÑAS FLAMENCAS

Comenzó el XII Encuentro de Peñas Flamencas de Roquetas de Mar.

Desde el jueves 22 al sábado 24 actuarán artistas de renombre nacional dando brillo al encuentro, junto a debutantes de una disciplina que cada día tiene más seguidores. La cita es en la Escuela de Música, Danza y Teatro de Roquetas.

CUANDO LA GUITARRA SE HACE MAGIA

CUANDO LA GUITARRA SE HACE MAGIA

        Entrevista a
JOSÉ FERNÁNDEZ TORRES “TOMATITO”


El público expectante parece evitar hasta la respiración, para que ni siquiera la exhalación del aire pueda interponerse al sonido magistral que inunda el auditorio.

Sobre el escenario una melena rebelde intenta distraer las miradas de los dedos que extraen de las cuerdas de la guitarra duendes, que liberados se transforman  en notas musicales. 

El silencio se convierte en estruendosa ovación cuando el ‘eón’ deja su reino para volver a ser el ‘gaché’ que se siente cómodo entre amigos, tímido ante el éxito en que se ha convertido su ascendente carrera artística.

José Fernández Torres es un triunfador. Entre el niño que aprendió a jugar enredando sus correrías entre Pescadería y La Chanca y el chaval que asombraba con la ductilidad de su guitarra al público aficionado al flamenco, no hubieron páginas que traspasar en el cuaderno de bitácora de un predestinado.

Su verdadero nombre le sirve para camuflar su presencia ante la vorágine de la fama.

Para el mundo José es “Tomatito”; como es Tomatito para los amigos, para su público y para la prensa.


  

      ESE GITANO
 
                        Dedicado a la maestría de Tomatito, que lleva
                      en su guitarra la esencia de Almería
Los dedos arrancan
gemidos,
tímidos estertores,
gritos roncos,
caricias suaves
que escapan impacientes
desde las cuerdas de tu guitarra,
llenando el espacio de duendes
que elevan corcheas y semifusas,
desde la Chanca a la Alcazaba,
notas que tiemblan,
sufren,
viven,
despeñándose hacia Pescadería,
en un aluvión de cuevas y colores.
Música escrita
en un pentagrama de gredas petrificadas;
el Mare Nostrum se hizo garza
para brindar por tu sed de triunfos.
Naciste con alondras en las manos,
recibiste la bendición
de las uvas morenas,
que con su jugo tiñeron tu piel
y despertaron a los vientos
que desde el vientre te llamaron:
¡Gitano! 
                                Graciela Vera

                                                             

Nació en Almería en 1958 acunado por guitarras flamencas. Nieto del recordado ‘Tomate’ de él y de su padre, que fuera conocido como ‘el hijo del Tomate’, el mundo del espectáculo nunca le fue ajeno: abuelo, padre y tío, el cantaor ‘Niño Miguel’.

En Almería el niño convirtió una guitarra en mucho más que su juguete preferido. A los diez años ya subía a los escenarios. A los doce, por motivos familiares se trasladó a vivir a Málaga, lugar donde el ya adolescente comenzaría a ser conocido.

Acompañó con su guitarra a muchos nombres de primer nivel en el mundo flamenco y el que Tomatito tocaba como los dioses debe haberse corrido como un reguero de pólvora porque tuvo entre su público al mismísimo Paco de Lucía.

Como el mismo lo dice, la muerte de Camarón lo dejó como un niño huérfano.

Muchas veces del dolor emerge lo mejor de cada ser y en Tomatito la pérdida del amigo significó un espectacular crecimiento como artista.

Su música se oye con igual embelezo en los ‘tablaos’ flamencos y en los más selectos ambientes de la música culta. Se le aplaude en España y en el mundo. Japón, Suiza, Francia, Alemania, Turquía se han rendido ante su arte.

Artistas de la talla de Frank Sinatra y Elton John lo buscaron para que les acompañara en sus conciertos en España.

Podríamos escribir párrafos y párrafos de un joven triunfador que no olvida sus raíces y que siempre que puede vuelve a su Almería natal, tiene su casa de descanso en Aguadulce, a un paso de los barrancos que enmarcan la Chanca.

Sin embargo nadie mejor que el propio protagonista para hablarnos de sentimientos y proyectos.


 

        LA ENTREVISTA

Nos han contado de un niño que tocaba la guitarra como los dioses por las calles de Almería, ¿Qué recuerdos tienes de esa época?

- “Tuve una niñez maravillosa. Mi padre era músico en la Banda Militar.
Pasé mis primeros años muy feliz en mi barrio: la Chanca, de Almería, rodeado de hermanos, que somos muchos; mis primos y primos… que son todavía más.
En aquellos tiempos jugaba con la guitarra como si fuera un juguete pero ahora me doy cuenta que esos primeros intentos iban en serio, aquello me fascinaba por encima de cualquier otro juguete”.
 

¿Qué sentiste el día que Pepe Sorroche te presentó, como quién dice, en la ‘sociedad flamenca almeriense’?
- “Me sentía avergonzado. Yo era un chaval muy cortado e introvertido aunque me gustaba la idea de tocar para acompañar el cante”.

 ¿Cómo surge esa música tuya?

- “De oído siempre. No tengo estudios formales de teoría musical a pesar de los esfuerzos de mi padre ¡pobretico! que me animó siempre a más no poder.
Mis estudios se basan en la experiencia, el estudio en casa, escuchar y muchas, muchas horas tocando a diario”.
 
¿Cómo le explicaríamos a los lectores la diferencia entre un guitarrista y un concertista? 

- “Son dos retos distintos. El acompañamiento es tan digno como ser solista pero hay que sentir las vibraciones del cantaor o cantaora… seguirle su discurso… escuchar lo que ocurre en el fondo de su ser.
Como solista soy mas libre, aunque la responsabilidad es mayor. Hace ya varios años que cuento con un grupo genial que me entiende muy bien y creo que hemos montado un concierto interesante, no solamente a nivel sonoro sino también a nivel visual y creativo”.

Es algo que no dudamos. Hemos visto el espectáculo. Hemos vibrado con su música como solista y la hemos degustado como acompañante, simplemente que nos queda una duda y nadie mejor que el propio Tomatito, que salta con igual limpieza de una taranta al ritmo del jazz, para respondernos.

¿Cuál es tu estilo?

-“Mi estilo fundamental lo marcó José Monge Cruz ‘Camarón de la Isla’.
Soy incondicional de Paco de Lucía porque cambió para siempre el concepto intrínseco de la guitarra flamenca y sigue siendo para mí,  el no va más.
En cuanto a influencias externas, me siento identificado con las músicas del mundo árabe y he tenido la suerte de escuchar, e incluso tocar con grandes figuras de esa esfera”.
El Jazz es un mundo que por defecto abre el oído a una gama de posibilidades armónicas enormes en cuanto a la improvisación, no solamente porque conozco de fondo la obra de Wes Montgomery, Pat Metheny, George Benson, Django Reinhardt, por citarte a cuatro figuras muy diferentes en su ideología ‘guitarrística’, sino también por el legado de grandes leyendas como Miles Davis, Charlie Parker, Mingus y todos esos genios.
Mi amigo argentino Luis Salinas me ha animado e inspirado mucho en esa dirección.
Luego,  el trabajo con Michel Camilo me permitió salir de la rigidez rítmica del flamenco, entender mejor el concepto latino, el bossa nova… en definitiva todo lo que escucho e incluso cada vez que coincido en un evento con gente de otros estilos, estos se quedan de algún modo en mi memoria subconsciente.
Pero dicho esto, mi lema es: “un flamenco tiene que tocar flamenco” y como eso es lo que yo soy, me permito el lujo de explorar, tentar, observar, coger prestado sin pretender en ningún momento desviarme de mi identidad propia”.
 
 Nos preguntamos cuántas veces le habrán hecho la misma pregunta, pero no hacerla dejaría inconclusa esta entrevista.

Queremos justificarnos pensando que quizás nuestro lector sea un público que recién abre la puerta para entrar a este subyugante mundo del ‘jondo’, que tal vez el flamenco sea una asignatura nueva pero sabemos que serán muchos más los que ya conocen esta parte de la historia.

¿Qué fue Camarón para la música flamenca y qué representó para ti?

- “Esa huella divina la llevaré toda la vida. Camarón fue quién me buscó con 15 años; me llevó con él a Sevilla, a Cádiz, a Madrid. Hay una frase en mi página web que dije una vez y es verdad: en Almería, que es como nacer en el cielo, y él me bajó a la tierra, habiendo guitarristas
No sé cómo se fijó en mí, y me cogió con sus manos del cielo
 y me dejó así suavecito en la tierra.
Yo siempre estaba a gusto cuando le tocaba a él (...)
Y cuando lo escuchaba a él, por muy mal que estuviera,
 yo perdía mi guitarra, me engloriaba de su música
y me daban escalofríos..
 

Tu repertorio tiene músicas de distintos estilos pero siempre aparece una identificación, incluso cuando parece muy sutil, con el flamenco. ¿Existe, y si es así, en que grado, esa identificación o somos, tal vez el público, los que creemos encontrarla por encima de los ritmos?
 
- “Soy un privilegiado que ha bebido de una de las fuentes mas ricas y abundantes. Pero sigo escuchando a Sabicas, a mi tío Miguel, a los antiguos, y no dejo de sorprenderme. Los jóvenes de hoy día tienen a Camarón y a Paco como referencias pero no hay que dejar de estudiar a Tomás, a Fernanda que es la reina, a Manuel Torre y a todos los que han aportado las pautas básicas del flamenco puro.
También hay otras fuentes ahí fuera. El flamenco es sólo un estilo dentro de un sinfín de propuestas musicales y rítmicas. Hay que ser consciente de los paralelos que existen entre el jazz, blues, gospel, con el flamenco, sin olvidar que nos tienen mucho que enseñar las músicas improvisadas
o las que no se estructuran sobre los formatos armónicos europeos”.

No podemos menos que sonreír ante su premisa:

- “Mente abierta, oído abierto y corazón abierto.
Trato de tener presente este lema”

¿Podemos entonces definir la música que interpreta Tomatito o se hace necesario hablar de los ritmos que interpretas?

- “Mi responsabilidad como flamenco es tocar flamenco. Aunque parezca una tontería, estoy cómodo con mis raíces y la pureza que me confieren por naturaleza.
Estoy igual de cómodo con la experimentación y el cruzar barreras de vez en cuando; entonces, si quiero tocar Albéniz o Piazzola, me permito ese lujo.
La huella de Camarón es imborrable y la llevaré siempre.
Como guitarrista, ahora soy consciente de que la ‘bajañí’ es universal y habla todos los idiomas y mi responsabilidad es mantener vivo el dialecto flamenco”.

 ¿Qué opinas de la mezcla de ritmos?

- “¿La mezcla de ritmos? Toda la música flamenca es una mezcla de ritmos e influencias. Nadie sabe con certeza su verdadero origen”.

¿Crees que el concertista y el guitarrista gitano comparten el mismo duende?

- “El factor racial creo que se palpa más en el cante. Entre los jóvenes admiro tanto a la nueva camada gitana como Potito y esa voz prodigiosa de Cigala. Entre los mayores muero con Pansequito, El Torta, Luis el Zambo… he llorado escuchando a Remedios, la Susi y… de Fernanda ¿pa’ que te voy a hablar?.
En la guitarra y el baile se puede tener duende seas quien seas. No viene conferido por los genes”.

Hablemos de Camilo y de Benson. ¿qué destacarías de tu relación personal y laboral con ellos?

- “Por los dos siento una admiración profunda.
La comunicación es más difícil con Benson porque yo no hablo inglés pero la experiencia de tocar con él es inolvidable porque es una persona enamorada de su instrumento como yo.
Con Camilo llevamos bastantes años desarrollando nuestra colaboración; es un maestro maravilloso… este mes nos vamos a ver aquí, en España, para hablar de SPAIN II”.

 ¿Eres consciente de que el mundo se extasía con tu arte?

- “Hombre!!,  el mundo entero todavía no, pero cada vez que visito un sitio nuevo me quedo alucinado con el calor del público, la bienvenida tan familiar además del nivel de entendimiento del flamenco que es cada vez mayor”.

Cuántos discos has grabado y cuántas copias crees que has vendido?

- “En solitario 4 o 5; colaboraciones, un montón. Con Michel Camilo uno y quizás grave otro más en el futuro. En cuanto a las ventas, no controlo los números, no me interesa el lado comercial de mi producto
  
A más de la reciente medalla de plata de la República Italiana que te fue concedida recientemente, ¿qué otros premios has recibido? 

- “Tengo algunos. Te diré que uno de los hitos más importantes de la historia del flamenco es el reciente otorgamiento a Paco de Lucía, del premio Príncipe de Asturias, el cual dedicó al sector en general.
El verdadero premio para mi es poder trabajar haciendo algo que me encanta”.

 ¿Cuándo comienza tu próxima gira y a dónde te lleva?

 - “Tengo varias. Estaré en las Antillas Francesas, en Suiza y posiblemente en primavera estaré por Sud América.
Estamos también tratando de cerrar Holanda, Bélgica y Francia para el próximo otoño”.
 

Al leer la respuesta anterior de Tomatito, debemos considerar las estaciones en cada uno de los hemisferios. Es muy probable que en su gira por América del Sur visite Uruguay, pero eso será en el otoño austral.

¿Qué repertorio llevarás a esas giras?

- “Casi seguro que el concierto flamenco ‘Aguadulce’ que presento en septeto. Ahora canta conmigo mi hija Mari Ángeles. Es un concierto que mezcla temas antiguos con algunos nuevos del último disco”.


¿Crees que el público internacional interpreta el flamenco puro?

- “Si, por supuesto. Cada vez lo noto más. Yo creo que el público no español se identifica más que nada con esa emoción tan descarada y libremente expresada que tiene el flamenco.
Es curioso ver la mezcla de personas que vienen a mis conciertos. Hay de todo, desde intelectuales hasta gente que ni lee. Es igual, les pido que tengan’ mente abierta, oído abierto y corazón abierto’ porque en el flamenco hay mucha belleza”.

Y vaya si sabemos que no es necesario ser gitano para vibrar con los quejíos del jondo; no hay que haber nacido en Andalucía para sentir hervir la sangre con ese, como dice Tomatito, desparpajo que tiene el flamenco, que lo universaliza sin quitarle esencia.

A pesar de haberte ido de Almería siendo aún un niño, siempre te has identificado plenamente como hijo de esta tierra ¿Qué es Almería para ti, Tomatito?

- “Es el lugar donde me siento yo mismo. Mi casa. Donde están mis niños y mi familia. Almería es la joya de Andalucía… por lo menos para mí”.

Y para nosotros que nos hemos enamorado de esta tierra fértil en su descarnada aridez, de sus ocres y de sus vientos, de sus cantes y de la guitarra de un prodigioso que una vez, ‘mi marío’ quién firma como El Juglar del Río Almanzora calificó como ‘un verdadero tomate raf’,  en un paradigmático ejemplo del  mejor producto salido de los invernaderos de Almería.

Tomatito es sin lugar a dudas el mejor exponente de una ciudad que vive el arte y aplaude a los grandes.

Graciela Vera

Almería, el sur del norte, noviembre 15 de 2004

JOSÉ LUIS RUZ, UN ARTISTA CON PERSONALIDAD

JOSÉ LUIS RUZ, UN ARTISTA CON PERSONALIDAD

Vive en el paisaje que plasma en sus lienzos. Se esconde en la sencillez de una elaborada imagen y desde la extraña –porque simula emerger del suelo- luz conque lo ilumina parece arrastrarnos para terminar nosotros también formando parte de la trama: viviendo el pensamiento del creador.

 

La pintura de José Luis Ruz juega con la luminosidad bajo un cielo falto de refulgencia, movimiento con el cual el artista logra resaltar lo que quiere: el paisaje.

 

Campos, pueblos, montañas, cañadas representan la esencia misma de su tierra adoptiva.

 

Llegó a Almería desde Madrid con una escuela ya formada en mente pero tampoco él pudo escapar a la influencia indaliana quizás, porque más que otros está ligado por lazos familiares al que fuera el ideólogo de este movimiento, el inolvidable Jesús Perceval.

 

Pero José Luis Ruz brilla por méritos propios. Su obra tiene personalidad y en ella encontramos valores muy definidos y no muy comunes

 

Nos dice que casi siempre pinta paisajes, no obstante no se siente encasillado en la temática ya que también pinta retratos, composiciones, dibujos, ilustraciones para libros y como artista completo también grabados.

 “Huyo de las ciudades grandes, de los pueblos importantes e incluso, cuando voy a un pueblo lo camuflo. Le quito importancia porque hago que prime el entorno, el campo sobre el propio pueblo y entonces el pueblo se queda allí… camuflado, absorbido por el campo… yo pienso que el paisaje debe ser lo más modesto posible.” 

Encontramos a José Luis Ruz exponiendo en la galería Argar de Almería en la segunda quincena de marzo. Los cuadros prolijamente colgados de las paredes trasmiten tranquilidad. Colores pasteles, luces difuminadas que se integran a un especial fulgor que el pintor hace surgir de los mismos trazos conque nos trasmite el sosiego del entorno.

 Nos detenemos más de una vez frente a cada cuadro. Hay profundidad, hay belleza y existe esa sensación de paz que Ruz quiere trasmitirnos en palabras. “El tipo de cuadros que pinto no son para competir… yo siempre pretendo trasmitir mucha serenidad y eso está un poco reñido con la competición”.  

No obstante que concurre muy poco a concursos, tiene en su haber premios como los obtenidos en exposiciones internacionales Dalí, en la feria de Almería y otros que deberíamos buscar en archivos porque la modestia del artista es notoria.

 Comenzó a pintar desde muy pequeño; “Recuerdo el primer cuadro que hice a color…, tendría yo siete años. Hice un molino de agua…, un molino de dos ojos que para mi posiblemente era un misterio y por eso es lo que primero dibujé… lo conservé hasta hace pocos años pero en una de las fogatas lo perdí.” 

Nos quedamos pensando en cuántas cosas importantes se convertirán en cenizas en momentos de apresuramiento. Pero no nos podemos distraer recreando ideas porque José Luis Ruz no se detiene y ya está proyectando su próxima exposición que será en Sevilla en un año o año y medio.

 

Presentará paisajes sevillanos y nos cuenta que ya tiene cinco cuadros terminados para exponer en la misma. Ahora comenzará su labor para completar una colección digna de ese evento.

 

Cuadros que como muchos otros, seguramente comenzaron a perfilarse en apuntes sin color dibujados sobre el capó de su automóvil. Nos descubre su secreto, esos, sus paisajes comienzan por ser bocetos que trasmitirá más tarde al lienzo; incluso en alguna ocasión la fotografía ayuda al recuerdo pero es poco el apoyo que necesita la memoria de quién ha logrado que el color se empape en la retina al punto de que al pasarlo al lienzo haya muy poca confusión.

 “Es así, me confundo muy poco porque es importante impregnarte y al final terminas tú impregnándote de los colores y es como si tú le pusieras los colores al paisaje”.  

¿Y por qué de tus colores desaparece el azul tan característico del cielo almeriense?


Cuando trato el cielo no lo trato con nubes completas ni le doy importancia al color. El añil es muy agresivo y trato de evitarlo siempre, incluso cuando quito las nubes… entonces detrás de las nubes hay otro tipo de color de cielo porque no me interesa el que realmente tiene”. “El cielo, cuando tiene mucha claridad se convierte en un elemento agresivo y desvalora todo lo que tiene a su alrededor. No contribuye al ‘éxito’ del paisaje, lo que hace es quitarle el protagonismo. Entonces yo creo que le hago un favor al paisaje que es mi protegido, que es mi favorito.” 

El crítico de arte, Juan García Bellver, define su técnica expresando: ‘Consigue, no sé si proponiéndoselo, un logrado contrapunto entre el cielo y la tierra. … Su indiscutible vocación paisajística le permite apreciar los detalles inaprensibles de la naturaleza con pinceladas breves y precisas, entonadas y seguras, evitando toda estridencia colorista y rehuyendo elementos más o menos efectistas. Todo resulta espontáneo y grato como la naturaleza misma, sabiendo captar toda su plenitud plástica.’

  UNA EXPOSICIÓN PARALELA 

Una exposición paralela a la del pintor nos permitió disfrutar del dibujante. Una serie de ilustraciones que forman parte de un trabajo realizado por encargo de la Autoridad Portuaria y recrea la historia del puerto de Almería desde la época de los romanos.

 

Muchos siglos, tantos que para no errar en su trabajo José Luis Ruz debió convertirse en experto en muchas artes.

  “Ha habido muchos hitos importantes durante el transcurso de la historia y he tenido que documentarme y, aunque lo digo un poco en broma, me he convertido en experto en historia, en sastrería… porque… si son los ingleses los que atacan no los voy a vestir de rusos y entonces tuve que ver como era el uniforme de la marina inglesa en 1704 para vestir esos marineros que están bombardeando la ciudad… después en la llegada de Isabel II los uniformes son otros…” 

Y dice bien, se transformó en sastre y en historiador y entonces a su comentario de que ese trabajo le dio muchas satisfacciones nosotros podemos agregar que le entendemos porque, al fin y al cabo no es más que la satisfacción de saber que algo está muy bien hecho.

 

                                                                                                                                                                                           Graciela Vera

                                                                                                                                             Almería, en el sur del norte a 31 marzo 2004

JOSÉ (PEPE) SORROCHE Y SU MAGISTRAL DUENDE FLAMENCO

JOSÉ (PEPE) SORROCHE  Y SU MAGISTRAL DUENDE FLAMENCO

 No es fácil describir un duende como tampoco  es fácil captar todas las modulaciones de un ave canora. Por ello me resulta tan difícil escribir sobre José Sorroche, el artista; porque de Sorroche, el amigo, podría escribir páginas enteras.

Y no es que del artista no haya tantísimo que decir. Es simplemente que me resulta difícil encontrar las palabras que describan una voz privilegiada y el ‘duende’ necesario para arrancar la ovación del público por un cantaor que a pesar de su sabor a triunfo la fama no logró someterlo.

José Sorroche Gázquez es libre y se recrea en su arte llevándolo donde  y cuando quiere y entre quienes quiere; y disfrutando siempre de su Almería, la que enmarcó en letras de tarantos  y la que eligió como la ciudad en la que quiere vivir.

Precisamente en la vida de José Sorroche podemos resumir el flamenco de las últimas cuatro décadas almerienses. Tarantos, malagueñas, peteneras, soleás…, en su voz elevan el cante jondo a lo más sentido dentro de un estilo propio, con una fuerza que conlleva una delicada pureza de un arte reservado para selectos.

Sorroche, Pepe para los amigos y para los flamencólogos que le admiran y se deleitan con su voz nació en Almería el 9 de octubre de 1941, comenzó a cantar siendo muy pequeño y aún adolescente supo el significado de la palabra éxito.


AL ARTISTA LO HACE EL ENTORNO

Nos encontramos en la sede de la Peña Romeros de la Virgen del Mar en el paraje conocido como El Quemadero de Almería.

El propio Sorroche nos llevó a ese lugar para realizar la entrevista; un sitio donde el ‘jondo’ parece emerger de cada poro de la roca en la que está tallada la cueva que sirve de asiento a la sede social.

José es el tercero de los hijos de Pepe y Antonia. Sus padres regentaban el bar del Mercado Central y al recrear esos años nos dice que “en aquella época todos los aficionados de Almería que cantaban, cantaban en ‘mi bar’”.

Porque por entonces, nos cuenta durante una extensa y agradable charla entre tapeos y anécdotas, se cantaba en los bares “y yo eso lo viví desde los cuatro años”.

-¿Crecer en ese entorno despertó tu vocación?

-“Si, seguro que fue el entorno. Yo creo que el lugar donde la persona se cría, el ambiente donde se mueve influye… si no a todos a mi por lo menos sí.
Aquel era un ambiente de fiesta, de cante y de vivencia de las gentes que cantaban, no porque fueran artistas, sino porque eran aficionados y entonces aquello me llenaba; el entorno en general me llamaba la atención…” y no le quedan dudas en reafirmar que fue ese ambiente que bebió desde muy niño lo que modeló al cantaor de hoy.

Las letras brotaron de su garganta hechos canto y a los diez años, ya con ‘experiencia de cantaor’, integró como solista los grupos de Coros y Danzas de Educación y Descanso. De esa época nos dice:

-“Bueno, no cantaba exclusivamente flamenco, por entonces yo cantaba todo lo que veía y lo que escuchaba en la radio; la afición al flamenco puro y duro llegó a partir de los 14… quizás 15 años, escuchando los discos antiguos de vinilo… de pizarra… escuchaba a ‘La Niña de los peines’, ‘Paco Barranqueta’ y a toda aquellos cantaores y en mí se despertaba un poco más la afición.

No tiene dudas, el artista no nace sino que lo hace el entorno donde vive
–“Es el que te marca, si en tus vivencias desde pequeño encuentras flamenco, lo normal es que te guste el flamenco. Por allí se comienza, luego si quieres ser artista, entonces tienes que hacerte artista”.

Y el artista con mayúsculas nos confiesa que el nunca se ha sentido artista.

Él, sobre el que podríamos hacer un artículo sólo enumerando los muchos premios obtenidos; que fuera galardonado con dos lauros codiciados por los mejores: la Medalla de de Oro de la Junta de Andalucía y el Escudo de Oro de la Diputación de su tierra, Almería, se muestra con la humildad de los grandes pero sin poder ocultar la exigencia para con él y para con sus colaboradores que le marcan en todas sus presentaciones.


LOS COMIENZOS

Hablar con Pepe Sorroche de su infancia es un cúmulo de sorpresas y de anécdotas.

Quizás desde pequeño pagó el tributo de ser ese artista que él dice no sentir que lo es.

El  flamenco exige y atrapa. Las redes estaban echadas para atraer al mundo del cante al niño y el niño dispuesto a dejarse atrapar,  pero ese mundo casi mágico cierra puertas a lo que es común a otros, como son los amigos de la infancia. – “De aquella época, época de muy mal estudiante porque yo a la escuela iba muy poco, apenas lo necesario, no rescato amigos”.

Con un vaso de wisky en la mano, Pepe Sorroche se recrea en el recuerdo.

Los ‘novillos’ o rabonas formaban parte repetida de su niñez;  prefería escuchar a los cantaores a enfrascarse en los libros. –“Conocidos muchísimos pero amigos íntimos de aquella fecha… no, realmente no. Por entonces existía  una especie de desvío, algo que en aquellos tiempo sonaba raro y que era el flamenco y yo desde que tenía ocho o nueve años buscaba a la gente que más o menos a mi me interesaba...”

Con apenas diez años y con varios premios en concursos infantiles de emisoras locales pasa a integrar como solista los grupos folclóricos de ‘Coros y Danzas de Educación y Descanso’ con los que actúa en países de América Central y el Caribe, casi toda Europa y muchos de África.

De esa época hace mención a uno de los directores… -“…el jefe que había, López Lupiañi, era un hombre extraordinario, muy preocupado por la cultura y tenía, tanto grupos de teatro como zarzuelas y también grupos folclóricos a los que yo pertenecía como cantaor”.

Contaba unos quince años cuando creó ‘Los Jilgueros’, un trío con el que Sorroche, Domingo Garbín y Alfonso Salmerón en la guitarra salieron a la conquista de España.

-“Con Los Jilgueros empezamos en Berja… éramos muy jovencitos, quince años cada uno. En aquel tiempo si tenía la ilusión de ser artista, en primer lugar porque la aventura a mi me ha gustado siempre… y aquello era una aventura; con esa edad nos fuimos a Barcelona… estoy hablando de finales de los cincuenta y la verdad es que aunque pasamos penurias, no las notábamos, tuvimos suerte, era ese afán de aventura…”

Y aquellos chiquilines a los que no les importaba trabajar en una fundición, o como nos dice José, - “…en lo que fuera. Trabajábamos por la mañana, por la tarde íbamos a la academia a estudiar los cantes, las canciones que había y después, por la noche íbamos a las actuaciones que salieran…el grupo duró poco tiempo, un año…”, en ese poco tiempo, en ese año llegaron a actuar en Televisión Española, a grabar dos discos y realizaron varias giras por distintas provincias de España. 

Sorroche nos explica porqué Los Jilgueros dejaron de cantar: - “Cuando ya había vivido algo de esa aventura comencé a aburrirme un poco. La verdad es que ese no era mi sitio. No me gustaba y decidí volver a Almería y seguir con el flamenco puro y duro…”

LOS PREMIOS


Los premios que recibiera el niño cantaor parecen esfumarse en la memoria. Incluso los de la época más brillante de su carrera debemos buscarlos entre papeles que hablan de su persona porque Pepe Sorroche, el purista del cante, el que tiene aleteos en la voz, no se preocupa de ellos.

-“Recuerdo el primero porque para mi era muy importante ya que era a nivel provincial. Fue en Berja, en el concurso organizado por una emisora local. Era con Los Jilgueros, me dieron el primer premio y ese, la verdad que me hizo mucha ilusión, tendría 15 o 16 años”. 

Pretender recordar todos los galardones que recibió en su trayectoria artística Pepe Sorroche resultaría una muy ardua labor, quizás y como para muestra basta un botón,  a más de las distinciones otorgadas por las Juntas de Andalucía y la Diputación de Almería sólo vamos a  mencionar el primer premio en el apartado de malagueñas y cantes de Levante y el segundo premio en el apartado de cantes por soleares y de Cádiz obtenidos en el Concurso Nacional de Arte Flamenco en 1968 y que trazan los comienzos de  una línea notoriamente ascendente en su trayectoria.

Como saetero su consagración tuvo como escenario la peña El Taranto de Almería en el Primer Concurso Nacional de Cante por Saetas, género en el que se consolidó en un concurso posterior organizado por la peña El Morato y que le llevó a grabar el disco ‘Seis Saeteros’.

-“Todos los premios halagan porque ¿a quién no le gusta más o menos culminar una labor con un premio?”

¿Qué sentiste cuando recibiste la ‘Medalla de la Ciudad’, otorgada por la Diputación de Almería?

-“Que te den un premio en Almería,  que te reconozcan en tu tierra es importante, pero el que más ilusión me hizo fue el primero,  el Escudo de Oro de la Junta de Andalucía, porque aquí  estamos hablando de toda Andalucía… pero el de Almería es también un premio importante…; ilusión,  entonces,  los dos”.
 
-¿Porqué se recluye un grande dentro de los límites de su provincia?

-“Por exigencias de la vida. Mis padres me dejaron el pequeño negocio de bar que tenían y yo lo regenteaba cuando faltó mi padre. Después me casé no muy joven,  tuve dos hijas y eso me obligaba, primero a atender el comercio que era el modo vivendi mío, después a atender mi casa, mis hijas, mi mujer… soy un hombre casero;  pero además aquello no me ha interesado porque mi forma de vida la he tenido siempre, más o menos resuelta. Ir a Madrid para ganar quinientas pesetas diarias no me interesaba… prefería ganarlas acá y estar al lado de los míos”.

Por un instante no podemos menos que pensar que Madrid y España toda han perdido la oportunidad de escuchar su voz pero no alcanzamos a decirlo porque su explicación nos regresa al momento actual.

-“Admiro a la gente que se ha dedicado a éste y otros géneros del arte y vive de ello. Es algo muy difícil. Hay quien ha subido a la cima de la fama a costa de muchas cosas, yo lo admiro, pero no he sido capaz de hacer lo mismo. Quizás por eso no me he sentido artista en el buen sentido de la palabra”.

A comienzos de la década de los setenta grabó su primer disco apadrinado por otro grande: José Menese que es considerado el mayor representante de la escuela mairenista, caracterizada por la extrema ortodoxia en el cante, y que fue quién le llevó a la RCA.

-“Ahí fue donde yo parí mis primeros cantes, entre ellos un taranto que es muy reconocido, una taranta también importante y una soleá… de los que no recuerdo ahora los títulos”.

Debemos recurrir a la búsqueda en archivos para rescatar la información. La discografía de Pepe Sorroche es extensa, comienza antes, con dos singles con ‘Los Jilgueros’ en 1958; en el 71 grabó un larga duración y tres singles. Se suman los discos de larga duración en 1976, en el 78 cuando también grabó otro con tres temas; y sigue agregando cantos a la discografía en el 79, 88, 91, 96, 98, 2000 y 2003 y seguro que la lista no se detendrá aquí  porque la magia de su canto, la fuerza de su voz, el quejío de sus tarantos reclaman emerger en surcos que se desparramen por todos sitios para que, como él lo hiciera una vez… ahora sean otros los que aprendan a cantar  jondo escuchando su arte.

-¿Hay algún hijo preferido entre esos títulos?

-“Cuando uno graba unos cantos determinados todos son importantes y buenos; luego, cuando se escuchan fríamente entonces surge cuál es el que se prefiere, aquel que expresé mejor, el que lo dije bien…
…hay un taranto que habla de la gente de Almería que emigraba a otros países, aparte de  la letra que considero importante, es totalmente distinto a todo tipo de tarantos… quizás me salió sin querer y yo diría que es uno de mis hijos predilectos.


TOMATITO, DAVID, ALFONSO Y MACHADO

Incuestionablemente Almería, esta tierra erosionada y árida donde la historia se pierde en los siglos uniendo culturas, es pródiga en arte. Actualmente tres grandes pisan sus calles con la fuerza de quién está en su propia cuna.

Dos de ellos vuelan por el mundo sin dejar de recordarla en toda oportunidad, el otro la mima con su canto desde sus mismos tablaos, es una trilogía actual de grandes de una música distinta, pero igualada en el sentimiento.

David Bisbal, José Fernández Torres, Tomatito y José Sorroche. O Tomatito, Sorroche y Bisbal, o Sorroche, Tomatito y Bisbal. No importa el orden, no importa el ritmo, importa el sentimiento que cada uno pone en su arte y ese, para uno y otro parece ser indisputable.

Y dentro de los otros muchos virtuosos, en la conversación que mantenemos con Sorroche no puede estar ajeno el autor de muchas de las letras que cantó y canta: el pastor-poeta o el poeta que hacía poesía mientras pastaba su rebaño, el desaparecido Alfonso López.

-“Alfonso no era culto pero su forma de escribir flamenco era única, porque escribir flamenco es distinto, no digo que sea mejor ni peor que otros estilos, son letrillas que no llegan a ser un soneto y que en tres, cuatro o cinco versos tienen que contar una historia y eso…, eso no lo puede hacer cualquiera, por culto que sea”.

Y casi sin darnos cuenta nos enfrascamos en el análisis y la imposible de comparar, comparación de la poesía de otros grandes.

-“Con todo el respeto para Manuel Machado que era un poeta culto que también escribía flamenco, tengo que decir que en poesía, como él lo hacía, es más difícil de cantar…”.

Las letras de Alfonso parecen sobrevolar nuestra charla –“… ‘Yo respeto a la retama – que está aquí en su amargura – las variables criaturas – unas veces son amargas – y otras veces son de azúcar…’, esa letra aparentemente es sencilla pero lo que encierra es mucho. Alfonso era un hombre que para el flamenco resultaba extraordinario; yo me identificaba mucho con él porque además éramos muy amigos y él sabía de mi vida y yo de la suya y entonces, cuando  me presentaba algo escrito por él y me decía: ‘Pepe, esto es para ti’, realmente eso era para mi.”


UNA MÚSICA PURA

¿Entiende el público de otras culturas el flamenco? ¿Lo vive?

-“Vivirlo, seguro que en el momento que se le está brindando el espectáculo lo vive, siente lo que el artista le trasmite. En todo el mundo hay un público sensible y ese es el público que capta el flamenco aunque no lo entienda y yo diría que incluso, capta su esencia hasta más que el público de aquí.
El flamenco es una música pura, de las pocas músicas puras que existen hoy en el mundo y eso llama la atención”.

¿Cuál es tu fuente de inspiración?

“Las vivencias auténticas, sobre todo las de tipo social.
Como mucha gente de mi generación he vivido una época con situaciones que de alguna manera quisimos cantarlas y casi siempre tuvimos que disfrazarlas. Eso resulta difícil en el flamenco; no lo podías decir con claridad y entonces  decías cosas para la gente que realmente entendía el flamenco…no era como canción de protesta sino que era la denuncia social de una realidad.
Yo me he inspirado siempre en la denuncia social, siempre fui  una persona observadora, me fijaba mucho en las cosas…, veía a las personas sufrir y sufría y sentía que no tenía más remedio que escribirlas,… y luego, para las letras de amores me he inspirado en mi mujer”.

A nuestro lado Carmela va transformando su sonrisa en risa franca cuando al preguntar a nuestro entrevistado por  la fecha de su casamiento le vemos dudar y buscar, casi con desesperación, la ayuda de su mujer que nos confirma que fue el dos de julio de 1966.

El artista que no se siente artista, es esposo y padre que se siente feliz de desempeñar este papel. Tiene dos hijas, Carmen y Lucía que como el padre gustan del flamenco.

Aunque actualmente no se dedica a bailar profesionalmente, Lucía es una bailaora consumada y juntos, padre e hija presentaron en el año 98, con mucho éxito el espectáculo ‘Tierra sin sombras’ en el que Sorroche extendió su actividad  de cantaor a la de escenógrafo.

-“Realmente yo lo hice todo, aunque la coreografía era sencilla porque la coreografía flamenca es sencilla. Algunas letras (cantadas en el espectáculo) aludían a Federico (García Lorca) o al paisaje de Almería porque el espectáculo era una alegoría a esta tierra, una obra evidentemente almeriense y una experiencia que repetiría ¡claro que la repetiría!”

No quedan dudas que volver a trabajar con su hija le entusiasma, como lo hace el descubrir nuevos valores que dice, no  buscar pero sí encontrar; tal como un día descubrió a un chaval que tocaba la guitarra como los dioses  y decidió presentarlo  al exigente público almeriense allá, por el invierno de 1972 en la peña El Taranto, acompañándolo con su guitarra con el nombre artístico de Pepín Fernández, nombre que dejaría con los años lugar al apodo con que universalmente se conoce a Tomatito.

-“Cuando hay un niño cuyo cante, baile o su música me llama la atención trato de ayudarle. Yo no puedo ser un mecenas, no puedo promocionarlo pero sí, buscar la gente adecuada que pueda ayudarle…”

¿Cómo descubriste a Tomatito?

-“Por entonces yo tenía una tienda y el chaval iba al comercio porque sabía que yo cantaba flamenco.
Tenía catorce años y tocaba la guitarra de maravilla. Yo no podía hacer nada por él salvo presentarlo a una peña importante de Almería… hice que lo conocieran y allí se quedaron encantados; después lo llevé a otra peña de amigos míos  en Córdoba, la del Rincón del Cante y allí también el niño gustó a todo el mundo porque, repito, era una maravilla…”

¿Podemos decir que le abriste las puertas?

- “No considero que yo le abriera las puertas, el después se ha hecho por sí, ha llegado…; su padre era músico militar (Brigada) y fue trasladado a Málaga. Por entonces el niño ya era menos niño, tendría unos dieciséis años y allá se presentó en un tablao  flamenco con la suerte de que Camarón iba a ese tablado y le escuchó tocar. A partir de ahí y gracias a Camarón se abrieron los caminos para el niño, pero yo lo único que podía hacer, lo que hice fue presentarlo en los sitios…”  ¿idóneos?, preguntaríamos si nos diera una respuesta que en su humildad no quiere reconocer.


UNA MAGISTRAL LECCIÓN DE JONDO

En el Conservatorio de Danzas de Almería monta el cante al baile que a su vez montan las profesoras de baile.

-“A las niñas que concurren les gusta el flamenco pero la mayoría lo desconoce totalmente; de vez en cuando les hablo…, les explico: mira, vamos a cantar por tiento porque los tientos son tal… y tanto yo como los guitarristas les explicamos un poquito lo que es el cante y la verdad es que las chiquillas están muy interesadas, pero mi labor en el Conservatorio no es docente sino acompañar a las niñas para que bailen un flamenco con cante en vivo y con guitarra en vivo”.

Nos preguntamos si la juventud de esas alumnas les permitirá reconocer la valía de su acompañante… no es ello lo que nos interesa ahora; tenemos a nuestra disposición, solícito a ayudarnos a comprender el mundo del jondo, a uno de los mejores maestros que pudiéramos haber elegido.

Nos dice que el palo preferido por él, dentro del flamenco es la soleá y comenta la facilidad que tiene la gente joven que hoy pueden aprender a cantar flamenco desde su casa ya que casi todo lo cantado está grabado en discos pero, siempre todo pro tiene su contra y en este caso es la falta de vivencia; -“… la vivencia que se encuentra en el lugar.. para aprender los cantes de Málaga tienes que ir a Málaga y los cantes de
Cádiz… pues están en Cádiz… en cada tierra tienen un aire distinto, cada provincia tiene una forma de cantar… al disco le falta la vivencia in situ, el sitio preciso de los cantes…; el flamenco es sentimiento puro y nadie que no lo sienta puede cantar flamenco. Yo diría que es imposible…, puede cantar flamenco mucha gente pero se nota si realmente lo está sintiendo…”

La pregunta que hemos dejado casi para el final es la que todos los neófitos necesitamos se nos responda para introducirnos en este mundo de quejíos y peteneras, de fandangos y bulerías, ¿Qué es el ‘cante jondo’?

-“El cante jondo es eso.. todo.. es una soleá, una seguirilla, un tango, un fandango. Lo jondo quiere decir que te está llegando.. es cuando se te ponen los vellos de punta…”

¿Y qué es cantar por soleá?

-“El cante por soleá es el palo primordial del cante flamenco.
De la soleá vienen muchísimos cantes… están los tangos, las bulerías… una serie de cantes que están ahí pero que parten de la soleá. Está la ‘seguirilla’ y está la ‘soleá’ que podemos decir, son los dos palos importantes, pero la soleá es mucho más extensa, porque tiene más derivaciones. Es el cante más importante que hoy día tiene el flamenco.

¿Ha cambiado el flamenco en las últimas décadas?

-“EL flamenco no ha cambiado, lo que ha variado son sus vivencias”.

Háblanos del taranto.

-“Con el taranto me pasa algo curioso. Yo empecé a cantar imitando a los gitanos porque lo había escuchado en boca de los aficionados de Almería, pero empecé a cantarlo de una manera intuitiva y nunca me detuve, como por ejemplo con la soleá, a aprenderlo. La soleá procuré aprenderla… los tipos de soleá …, en cambio el taranto salía de una manera extraña.., rara…, y se ha notado. No yo, lo nota la gente porque por lo visto lo hago distinto a lo demás… de una forma intuitiva…”

He oído decir que el taranto es gemido, dolor de los mineros desde lo profundo de la mina ¿es esto leyenda o realidad?

-“El taranto, como todos los cantos es muy sentido. Este tipo de canto viene de un fandango, de un cante que no podemos considerar inferior sino folclórico, que adquiere una grandeza importante en torno de las minas… en el movimiento de los mineros. Es un cante que se hace sentido en ese entorno.
Seguramente habría algún minero que cantara taranto pero después fue hecho por artistas que se movían en ese entorno porque en el entorno minero se movía dinero y ¿qué pasaba con las minas donde había oro?... pufff, todo el mundo acudía y también los artistas.
Es un cante que ha nacido en ese entorno y por eso habla de minas, habla de mineros y habla de penumbras y es un cante sentido porque es una música muy auténtica”.

Hay quién dice que el flamenco tiene raíces religiosas, quizás morunas o indígenas ¿Cuál sería tu tesis?

-“Yo no descarto ninguna forma de llegada. Por supuesto dicen que la petenera es un cante que viene de alguna forma de la sinagoga judía cuando los judíos convivían con nosotros aquí, en Andalucía..., y dicen que hay algunos cantos religiosos judíos que se asemejan mucho a la petenera…; puede ser, yo no descarto absolutamente nada”.

-“En cuanto a música árabe está claro que si vivieron con nosotros seiscientos años, más años que los que estamos nosotros ahora mismo, lógicamente algo dejarían y después tuvimos la entrada de los gitanos en Andalucía…, no hablo de los gitanos de España sino de Andalucía que, lógicamente, el flamenco lo aprendieron aquí porque el gitano que venía de afuera no lo hacía cantando flamenco, lo aprendía en Andalucía”.

Blas Infante consideraba que los moriscos que huían legaron a los gitanos esa música… “No es extraño, ten en cuenta que tanto los gitanos como los moriscos eran perseguidos y quizás los gitanos se refugiaban con los moriscos para pasar desapercibidos y a la inversa… tenía que haber una fusión de música y de cosas”

La rueda de amigos comenzó a engrosar  y mientras alguno se atrevía a mostrar sus artes de cantaor los niños aprendían que los artistas de más valía son personas sencillas que disfrutan de la amistad y del buen wisky. José Sorroche es uno de ellos.

Graciela Vera

Almería, el sur del norte, 20 de julio de 2004

DE TAPAS, TANGOS Y RUMANOS

DE TAPAS, TANGOS Y RUMANOS

 

No siendo exhaustiva conocedora de la historia del tapeo me permití recrearme en lo que quienes tienen raíces arraigadas en esta tierra, dicen al respecto.

Y así me encuentro con que el asunto no es para nada nuevo, parecería ser que fue el rey Alfonso X el Sabio (por algo el apodo), quién vivió entre 1221 y 1252, el que, quizás alarmado por la embriaguez de más de uno de sus súbditos, ordenó que en los mesones castellanos el vino no fuera servido si no era acompañado por algo de comida.

El nombre tapa proviene de la manera en la que en un principio se servía este ‘complemento alimenticio’ del vino: se colocaba sobre la boca de la jarra o vaso ya servido tapando el recipiente.

Pero como toda historia que en su momento no ha sido calibrada en su real importancia, la de las tapas, pasando de boca en boca, ha dado lugar a más interpretaciones o, mejor dicho, llevado su origen a distintas circunstancias, todas rondando el ámbito de una España real.

Y esta otra ‘leyen-historia’ de la tapa atribuye al Rey Alfonso XIII, nacido recién en 1886, seis siglos después que Alfonso X el Sabio, el protagonismo y ubica el lugar en Cádiz, en el Ventorrillo del Chato, una venta que sigue activa a pesar del tiempo transcurrido.

Parece ser que ese día había algo de viento que arrastraba arena y cuando el monarca pidió una copa de jerez, el camarero  tuvo la idea de colocar sobre la copa una loncha de jamón.

A la pregunta del Rey respondió que ponían esa loncha de jamón para evitar que el vino se desmereciese con la arena.

La idea gustó al Rey que pidió otra copa pero, aclarando que la quería con otra tapa igual. Los otros miembros de la Corte que acompañaban al Rey en aquel  viaje, pidieron que se les sirviera lo mismo.

Cualquiera de las dos historias podría ser la que dio nacimiento a la costumbre; personalmente prefiero la primera pero no descarto que la segunda tiene mucho de creíble.

Por aquellos años las tapas eran menos variadas y menos preparadas que hoy día. No pasaban de ser una loncha de jamón o algunas rodajas de chorizo u otro embutido o, en el peor de los casos una cuña de queso.

En el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española se la define como: pequeña porción de algunos alimentos que se sirve como acompañamiento de una bebida en bares, tabernas, etc.

Las tapas forman parte de la literatura, Cervantes las llamaba en El Quijote ‘llamativos’ y Quevedo les daba el nombre de ‘avisos’ o ‘avisillos’.

No en toda España las tapas tienen el mismo nombre. En Aragón y Navarra se les llama ‘alifaras’, en el País Vasco ‘poteos’ y así recorreríamos toda la geografía peninsular hasta llegar a Almería.

Una capital relativamente pequeña donde se cuentan más bares que en toda Bélgica y se sirven tan buenas tapas que llega a ser reconocida por ellas.

Buenas en calidad y cantidades y buena variedad. Aquí no se pide una tapa además de la bebida… simplemente el vino o cerveza invariablemente viene acompañado de una tapa, generalmente a elección del cliente.

La variedad es tal que pueden necesitarse muchos litros de bebida para alcanzar a probar una cuarta parte de las tapas ofrecidas: tapas a base de pescados, mariscos y moluscos;  calientes como patatas a lo pobre, patatas asadas, migas, pucheros, paellas; tapas a base de carnes a la plancha o fritos y todos los etcétera que se nos ocurran.

Quizás lo que hace diferente el tapeo en Almería es que la tapa no se cobra como un extra sino que se incluye en el precio de la cerveza o el vino y que no hay prácticamente ningún bar en el que no se pueda elegir entre diez o más variedades de tapas.

O porque nadie pasa del ritual; ni el empresario, ni el ama de casa, ni el comerciante, ni la oficinista. El tapeo es un acto en el que se encuentran los viejos amigos y se consolidan las nuevas amistades y a partir del cual se han sellado no pocos negocios. Tapear es parte de la vida cotidiana almeriense como forma parte del diario de muchos lugares del país.

Siguiendo la costumbre (y hay hábitos que los inmigrantes no rechazamos, es más, hacemos nuestros), llegué con mi marido a Casa Puga, otra tradición en Almería.

¿Tango entre tapas?, el Río de la Plata diseminado en acordes arrabaleros entre jamones y quesos y confundiéndose con el humo de exquisitas parrilladas de mariscos y pescados.

No es común. No suele haber más bullicio en Casa Puga que las voces de los parroquianos, por eso por un momento pude llegar a pensar que estaba en un nuevo establecimiento del Mercado del Puerto.

Un rincón que había importado costumbres hispanas, más aún si se puede, de las que ya hemos asimilado en nuestra corta historia de colonizada Banda Oriental y progresista país abierto a emigrantes de todo el orbe.

Algo no cerraba bien aquel cuadro pero los acordes del 3x4 eran inequívocos.

Faltaba el bandoneón que era sustituido por el acordeón, pero estaba la guitarra, tan universal ella como resulta ser La Cumparsita, aunque no se sepa ni dónde queda el Río de la Plata, ni siquiera se entienda bien el sentimiento tanguero ni se tenga mucha idea de qué es lo que se está interpretando.

Es música, y la música es la primera y más grande globalización del mundo.

¿Qué importaba entonces que los intérpretes fueran rumanos?

A mi también me asombró cuando los que yo creí argentinos resultaron ser inmigrantes de un país que está ubicado al sudeste de Europa, vecino de Ucrania, Moldavia, Hungría, Yugoslavia y Bulgaria e incluso con playas sobre el Mar Negro.

Un país tan distante a nuestras costumbres que tuve que recurrir al mapa para saber desde donde habían llegado Roman Gecioge y su acordeón y Román Legonar con su guitarra y quizás muchos sueños, hoy tan  irresueltos que los han llevado a interpretar un tango por unas monedas.

Si quizás ni siquiera sepan, que sobre las costas del río más ancho del mundo se baila esa música, la misma  que de tan universal, ni siquiera sabían muy bien qué era un tango.

 


Graciela Vera
Almería, en el sur del norte, abril 14 de 2005

CAÑA Y RON

CAÑA Y RON

Manuel es un canario, nativo de Gran Canarias para dejar en claro el gentilicio, e innovador de uno de los mejores tragos que se encuentran en las Ferias andaluzas, lo cual es mucho decir, cuando ciertamente, los motivos para brindar pasan en estas tierras por el sabor que reciben las papilas gustativas.

Lo encontramos, como quién dice al paso, en la Feria de Almería y nos comenta que, posiblemente esté en estos próximos días por la Feria de Vera, donde finalizaría el trabajo del año, aunque no descarta que pudiera adelantar sus vacaciones y dejar ésta, como cierre de período.

Manuel es lo que podríamos decir, un exquisito de la vida. Los meses de verano no escatima horas al trabajo; bien, las horas en que la fiesta está en apogeo. A la Feria del Mediodía almeriense lo vemos llegar ya bien pasadas las tres de la tarde… cuando el vino, cerveza y rebujitos han acompañado profusamente las buenas tapas de la mejor gastronomía y ya se busca algo diferente, el sabor que enciende –si es posible- un poco más el ritmo de fiesta.

Posiblemente nos detenemos más por la curiosidad ante la maquinaria (traída de la India) que maneja, que atraídos por la oferta. Los deseos de probar el elíxir que mana de la prensa llegará pocos segundos después.

Los productos para elaborarlo: caña de azúcar, exprimida ante nuestros ojos, limón, ídem, hielo y ron pálido, ¡néctar de dioses! 

¡Y qué se lo digan a Manuel!, lo descubrió hace tres años recorriendo Brasil, lo importó a España y ahora puede darse esos lujos que muchos desearíamos… bajar la cortina del negocio varios meses para poder viajar… sueño difícil de alcanzar, salvo para quién arriesga sabiendo el qué y el por qué.


Graciela Vera
Almería, en el sur del norte, septiembre 1 de 2003

UNA ALCALDESA O SIMPLEMENTE UNA MUJER

UNA ALCALDESA O SIMPLEMENTE UNA MUJER

Para conmemorar el Día Internacional de la Mujer entrevistamos a una mujer que trabaja por los demás y para los demás en forma estruendosamente silenciosa desde su sitial de ama de casa, esposa, madre, abuela, amiga y mujer comprometida con su barrio, con la sociedad y con las demás mujeres.

Nació en Atarfe, un pintoresco pueblo de Granada pero desde hace veinte años vive en Almería.

Se llama Emilia Jiménez Muñoz y reside en el barrio Mediterráneo-Oliveros en donde diariamente nos cruzamos con ella en el supermercado, en la carnicería, en las compras diarias y en las tareas cotidianas.

Pero Emy no es una vecina más; desde 1999 es la 'Alcaldesa del Barrio'; como tal excelente gestora que por bien ganados méritos ha cruzado las barreras de la política partidaria y aunque el Ayuntamiento de Almería cambió de orientación política y renovó las alcaldías barriales, Emy fue reconfirmada en su cargo.

¿Qué tareas cumple un Alcalde de Barrio? Dejemos que sea la misma protagonista de esta historia la que nos lo explique.

-"El Alcalde de Barrio es la persona de confianza del Alcalde de la localidad y su misión es recorrer el barrio, ver los defectos que hay en él, lo que hace falta, lo que está roto, controlar si se han barrido las calles, en definitiva, preocuparse por el barrio".

-¿Qué haces cuando encuentras que algo no está como debiera estar?

-"Cuando encuentro algo roto o pienso que algún sitio puede ponerse mas bonito yo llamo al Ayuntamiento y digo: 'Miren, en tal lugar hay una baldosa rota'… o 'en tal sitio hay un agujero'; y si los vecinos protestan porque en tal otro no han barrido, pues entonces también llamo…, en fin, lo hago por todos los problemas que el barrio tiene".

-¿Y cómo se llega a ser Alcalde de Barrio?

- "Luchando mucho por tu barrio… peleando mucho por tu barrio… haciendo muchos amigos…
… pero no todos te quieren… también te critican…"

Pero sobre todo, y aunque ella apenas lo deja adivinar, sabemos que se llega por una incuestionable vocación de servicio.

En Mediterráneo-Oliveros viven aproximadamente unas ocho mil personas. Este es el entorno donde se mueve y por el que trabaja Emilia Jiménez.

-¿Cuántas horas al día dedicas a tu trabajo como alcaldesa?

- "No tiene horas y no las tiene porque yo me levanto por la mañana y lo primero que hago es recorrer todo el barrio. Veo como están las fuentes, si han barrido… me encuentro con los barrenderos y hablo con ellos; voy a los jardines y hablo con los jardineros…luego salgo otra vez y otra vez me doy una vuelta y si hay algún problema… pues pendiente del teléfono, de ir al Ayuntamiento…de esperar y reclamar la solución"

- Y tú, y los Alcaldes de Barrio en general ¿obtienen la respuesta adecuada por parte de las autoridades? ¿Se sienten apoyados?

- "Si, en general lo estamos" piensa durante unos minutos "no todas las veces porque no siempre consigues todas las cosas que pides… pero en cuanto a aquellas mas necesarias, sí… tu llamas y dices que hay un agujero y que hay que venir a taparlo y entonces… puede que no vengan en el mismo día pero a los dos o tres días está arreglado".

El Alcalde de Barrio puede expedir informes con validez oficial a todos los efectos y sobre esta otra parte de sus actividades nos dice: - "Los vecinos vienen por la Fe de Vida para los mayores, o para que certifique que viven en el barrio para determinar cual es el colegio más cercano para los niños… hay muchos otros casos… vienen mujeres que necesita que se certifique que se ha separado de su marido".

Nos explica que generalmente no tiene inconvenientes a la hora de hacer un informe pues conoce a la mayoría de quienes viven en el barrio pero cuando alguien le es desconocido debe además procurar hacer las averiguaciones que le permitan asegurar con fiabilidad lo que está certificando.

- ¿Qué se siente cuando se tiene sobre los hombros la responsabilidad del buen funcionamiento de un barrio?

- "La verdad es que a mi me gusta, porque yo soy una persona muy luchadora… lo hago por vocación... Yo voy por la calle y me dicen: mira que esto está roto y yo respondo: no os preocupéis. Y me da mucha satisfacción de poderles complacer… de que al otro día… o a los dos o tres días ya esté arreglado y entonces, cuando me vuelven a ver me dan las gracias…, en fin, me siento feliz de haber cumplido con lo que mi gente ha necesitado".

No queda ninguna duda de que Emilia tiene un verdadero espíritu de servicio pero no acaban aquí sus actividades.

Emy integra la FAVA (Federación de Asociaciones de Vecinos) Espejo del Mar donde preside el área de la mujer.

- "Allí trabajo con mujeres maltratadas, con mujeres emigrantes, son diversos los temas en los que participo".

Y es precisamente por su lucha por la mujer que el cuatro de marzo, en el Día Internacional de la Mujer, la Junta de Andalucía le entregó una distinción como reconocimiento por su trabajo.

Emy nos dice que esta actividad no tiene nada que ver con la que realiza como alcaldesa del barrio pero nosotros sabemos que hay hechos que unifican ambas tareas en un accionar que supera con creces lo que podría considerarse un deber.

La Oficina de Extranjería de Almería está situada precisamente en su barrio. A fines del año 1999 se comenzó a hacer circular el bulo de que aquí se iban a regularizar y entregar permisos de residencia y trabajo a todos los emigrantes.

Llegaron cerca de quince mil personas que se agolpaban a las puertas de la Delegación y ocupaban la mayor parte de las calles circundantes.

Emy recuerda aquello con dolor, conocemos la historia pero preferimos que sea ella misma quién nos lo cuente:

"Estábamos cerca de navidad… bueno, era por noviembre, con mucho frío y había muchísima gente de todos los países, también mujeres con niños.

En el barrio no se podía andar por ningún sitio. Todas las aceras estaban ocupadas, utilizaban cartones para dormir… sin mantas… sin comida…

Y no sucedía nada. Yo pasé dos o tres días con ellos y aquí no aparecía ni Cruz Roja, ni sindicatos ni nadie del Ayuntamiento… no venía nadie.

El Subdelegado del Gobierno hacía declaraciones a los periódicos y a la televisión diciendo que todo aquello era una falsa alarma, que no se iba regularizar la situación de nadie… pero aquella gente ni leía periódicos ni veía televisión.

Hasta que yo un día fui a hablar con el Subdelegado y le dije que tenían que ir a la puerta (de la Delegación de Extranjería), entonces yo escogí de cada nacionalidad a ocho que hablaran español y los llevé a donde el Subdelegado que les explicó que todo lo que se decía eran mentiras y les dijo que se fueran a su país o al lugar del que habían llegado.

Pero por entonces, como en la Oficina no se podían negar a cogerles las solicitudes, daban número para recibirlas y los mismos emigrantes los vendían y algunos pagaron mucho dinero, tanto que luego no tenían para irse.

Fue algo terrible.

Yo a las mujeres, por las noches las cogía y las conducía a los aparcamientos y les llevaba café, leche, dulces para que se alimentaran porque había gente que llevaba dos y tres días sin comer.

Después de aquella conversación con el Subdelegado, viendo que todo había sido una falsa alarma, poco a poco se fueron yendo pero a los seis o siete meses cundió otra vez la noticia de que aquí se daban los permisos y volvieron.

Y yo estaba ahí, con ellos… con las mujeres.

Algunos me veían de madrugada y me decían: 'abuela, acuéstate mujer!' Pero yo no me podía ir a dormir.

Me acostaba y me acordaba de ellos, me levantaba y me iba con ellos que me trataban como 'abuela'… como 'mamá' y las mujeres, había algunas embarazadas, me decían que algún día vendrían sus bebecitos a darme las gracias por lo que hacía por ellas. Por llevarles leche calentita en la madrugada… a las tres o las cuatro de la mañana, y llevarles algo para que comieran.

La misma policía cuando yo llegaba me pedía que me llevara a todas las mujeres y yo me llevaba a las mujeres que estaban en las filas hasta que por la mañana abrían la Oficina.

- ¿De dónde sacabas lo que les dabas para comer?

- "De mi casa. Y estaba con doce personas, algunas en el paro, algunas con criaturas, viviendo conmigo.

No entendemos que hasta ahora, ninguna Entidad le haya dicho simplemente: gracias Emilia Jiménez Muñoz. Quizás muchos emigrantes sin saber el nombre de esa 'abuela' o 'mamá' lo hagan cuando recuerdan aquellos días de desamparo.

Cuando titulamos esta nota escribimos: 'Una alcaldesa o simplemente una mujer'. Quizás debamos decir: 'Una alcaldesa o una mujer extraordinaria.

Almería (el sur del norte) 4 de marzo 2004 - Día Internacional de la Mujer - Felicidades mujeres del mundo // 8 de marzo Día internacional de de la Mujer Periodista - Un abrazo amigas colega